Abdiel Agüero: En el fútbol y en la vida, una sonrisa ante todo.
Conoce la historia de nuestro defensa central Abdiel Agüero, quien antes de ser jugador profesional, tuvo que ganar la batalla contra el cáncer.
Dentro del campo de fútbol, Francisco Abdiel Agüero Robles es un jugador entregado e intenso que corre a cada balón como si fuera el último. Es común verlo jugar al límite; yendo con todo, pero siempre buscando el balón. Es un defensa central que no le teme al contacto y que va fuerte al choque. Por esto mismo, sus compañeros le apodan “el suavecito”, de manera un poco sarcástica.
Fuera de la cancha, “Abdul” es una persona muy tranquila que siempre está sonriendo. El jugador nacido en Hermosillo siempre está al pendiente del compañero; charla y bromea con todos. Es un tipo que intenta ayudar, que nunca tiene un “no” como respuesta cuando alguien necesita algo.
Ver a Abdiel, es ver a un jugador que disfruta cada momento que el fútbol le permite vivir. Antes de afrontar todos los retos que se le presentan a un futbolista profesional, tuvo que superar una batalla más difícil que cualquiera: la de vencer el cáncer.
El partido más difícil
A los dos años y cuatro meses, Abdiel fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda, uno de los cánceres más comunes en niños. Su mamá lo llevó al doctor preocupada porque era un niño que no jugaba y que siempre quería estar en brazos porque se cansaba muy rápido. “Solamente escuchó cuando el doctor dijo “señora, su hijo tiene cáncer”. Después de eso, dice que dejó de escuchar y sintió como que la tierra se la tragaba”.
La leucemia fue detectada de manera tardía. Cuando Abdiel recibió el diagnóstico, cerca del 85% de su sangre ya estaba invadida por el cáncer. En ese punto, fue internado en el hospital para empezar a atacar la enfermedad con quimioterapias. Al preguntarle a Abdiel cómo fue el proceso para vencer al cáncer, él responde: “para eso necesitamos hacernos la pregunta si creemos en los milagros”.
Pasaron cerca de dos meses entre el día que Abdiel fue diagnosticado y el día en que le dijeron que ya no tenía cáncer: “Fue un milagro rápido. Se podría decir que fue de un día para otro. Fue algo como muy increíble que solamente el estar cerca y al ser espectador de lo que sucedió, podrías creerlo”.
Abdiel platica que aún tiene contacto con su doctor y le cuenta que les sigue pareciendo increíble cómo sucedió todo a pesar de que la respuesta al tratamiento no estaba siendo la mejor: “Combatir el cáncer se convierte en un acto de fe totalmente. No está en tus manos, ni en la medicina, ni en un doctor, ni en nadie. En este caso nosotros podemos decir que mi familia y yo decidimos darle el control a Dios”.
“Panchito el Valiente”
Después de saber que el cáncer se había ido, Abdiel siguió recibiendo quimioterapias por prevención durante un largo tiempo. En todo el proceso, las enfermeras y doctores le ayudaron a “Abdul” a desarrollar una personalidad marcada por la valentía: “Siempre me decían Panchito El Valiente. Ese era mi sobrenombre en el hospital”.
Una quimioterapia es un tratamiento que puede ser muy complicado, sobre todo para un niño, pero Abdiel quería darle la razón a los médicos y enfermeras: “Yo no lloraba. Yo solito me acomodaba para que me dieran las quimios. Recuerdo ese sentimiento de responsabilidad: “Dicen que soy valiente. No tengo que llorar, tengo que aguantar las quimios, tengo que tomarme mis medicinas, tengo que ser fuerte, tengo que comer lo que no me gusta”. Mientras que estaba en el hospital esa era mi identidad”, cuenta el defensa central de Mazorqueros.
Después de vencer el cáncer, el doctor le recomendó a “Panchito El Valiente” practicar algún deporte. Abdiel escogió el fútbol en una ciudad tan beisbolera cómo Hermosillo, incluso cuando nadie de su familia había jugado fútbol. Más adelante, a los 14 años, fue preseleccionado por visores de Atlas para hacer pruebas en Guadalajara.
Abdiel cuenta que en un principio su mamá estaba muy decidida a no dejarlo ir: “Imagínate después de todos los cuidados que tenía mi mamá y ahora tenía que irme a vivir solo a Guadalajara. Era algo imposible para ella, pero entre mi papá y todos la convencieron”. Abdiel fue seleccionado en la visoria de Atlas y se quedó a vivir en Guadalajara con unos tíos que residían en la ciudad.
En el fútbol nada está asegurado
Después de su paso por las categorías juveniles de Atlas, Abdiel se fue a Jaguares y jugó en las categorías Sub 15 y Sub 17 antes de llegar a Monarcas, donde se quedó por un buen rato. Estuvo casi cinco años en Morelia, donde jugó 110 partidos entre sus participaciones con la sub 20 y el plantel de Liga Premier, categoría donde fue subcampeón y portó el brazalete de capitán.
Tras su larga estancia en Michoacán, el defensa central continuó su carrera en Liga Premier con Atlético Reynosa. Cuando la pandemia pausó el fútbol en 2020, Reynosa sonó como candidato serio para formar parte de la naciente Liga de Expansión.
Abdiel, como muchos compañeros suyos, rechazó ofertas de otros equipos del antes llamado Ascenso MX para quedarse en el conjunto tamaulipeco. Poco después se confirmó que Tepatitlán y Tlaxcala eran los únicos equipos de Liga Premier que cumplían con los requisitos para ascender a la nueva Liga de Expansión.
Tras ser anunciada la decisión, el Atlético Reynosa, no sólo se quedó sin subir de categoría, sino que la pérdida de patrocinios provocó que no tuvieran la solvencia económica para continuar su participación en Liga Premier. A raíz de esa situación, Abdiel se quedó sin equipo y sin tiempo para tratar de acomodarse en otro lugar.
En ese momento, Abdiel cuenta que tuvo un tiempo difícil al no poder estar en las canchas: “Fue un proceso largo en lo mental, porque ya no tenía nada que hacer. Aunque había estudiado y aunque había hecho muchas cosas, realmente, cuando un jugador nunca ha dejado de estar activo, y de repente por más que quieres agarrar un equipo, no agarras, como que te topas con el mundo real. Y dices: ¿así se ve la realidad?”.
Agüero, afirma que la situación le causó tristeza, pero su círculo cercano le ayudó a salir adelante. Comenzó a tener una relación más cercana con su hermano, sus papás, sus abuelos y su novia, que ahora es su esposa. Durante la pandemia, Abdiel se fue a Estados Unidos para trabajar y jugar fútbol amateur.
Una segunda oportunidad
Abdiel duró cuatro meses trabajando en Virginia cuando un amigo lo invitó a jugar en un equipo de tercera división en Los Angeles: “Llevé un proceso con un psicólogo para despedirme del fútbol, para dejarlo ir. Yo decía: “bueno, ya no lo necesito”. [...] Ya estaba bien, ya estaba pleno, pero el hecho que me dijeran “oye hay oportunidad” te lo juro no me lo pensé dos veces, le dije sí”.
El sonorense viajó a Los Ángeles para unirse al equipo LA Force. Al principio, Abdiel ganaba muy poco porque sólo podía entrenar mientras se aprobaba su visa de trabajo. En ese momento surgió otra oportunidad; la de volver a México. Jaime Durán lo invitó a Mazorqueros con la ayuda de Ulises Jaimes, quien fue compañero de Abdiel en Monarcas y recién había llegado a Ciudad Guzmán. En dos torneos, “Abdul” se ha convertido en pieza clave disputando 18 partidos y llegando a portar el brazalete de capitán.
Para Abdiel, la propuesta de Mazorqueros significó una nueva oportunidad para seguir viviendo de su pasión: “El fútbol es una felicidad. Me hace feliz estar en ese rectángulo verde. Me siento pleno cuando estoy jugando, cuando estoy entrenando. Es una sensación única. [...]. Algo muy importante que me gustaría decirle a cualquier otro futbolista es que disfrute, ya sea en una tercera, una Sub 17, una Sub 20; que lo disfrute, que sea agradecido, que de su máximo esfuerzo todos los días”.
Abdiel asegura que es posible que no todo salga conforme a lo planeado, pero lo importante es conocer personas y disfrutar de los buenos momentos del fútbol: “El ser humano, por más situaciones buenas que tenga en su vida, siempre tiene una inconformidad de querer más. [...] Hay una línea muy delgada entre ser conformista y ser feliz con lo que tienes. Ahora tomo la actitud de ser feliz. No me conformo, entreno duro, juego duro, trato de hacer lo mejor que pueda en cualquier cosa, pero soy feliz con lo que tengo”.